Si tienes la fortuna de contar con un espacio holgado en el que instalar tu nueva cinta de correr, lo más recomendable es elegir un modelo fijo. Esto quiere decir que una vez ubicado, va a quedar permanente en esa estancia y posición, ya que estamos hablando de modelos que no resultan plegables y, por lo general, tampoco ligeros. Son los más robustos del mercado y normalmente se traducen en una mayor vida útil al no contar con partes móviles, salvo la propia banda de rodadura. Aun así, ¿no sabes si te conviene más este modelo o uno plegable? ¡Vamos a despejar dudas!
Características de las cintas de correr fijas
Antes de lanzarte a por una cinta de correr a lo loco, conviene plantearse una serie de cuestiones para saber si nos compensa más un modelo fijo, como los que vamos a tratar ahora, o uno plegable. Estas son las características de las cintas de correr fijas:
- Suelen ocupar más espacio, ya que están diseñadas para ser instaladas en una estancia determinada y no moverse, por eso se recrean en mejorar las zonas de apoyo, facilitar una mayor refrigeración del motor y ofrecer una mayor cantidad de accesorios.
- Tienden a tener una mayor durabilidad, ya que al no contar con partes móviles, la única pieza sometida a desgaste es la parte mecánica que hace girar la cinta y el propio cinturón.
- La banda de rodadura es más ancha por normal general, ya que al no tener que ser transportadas, se centran en ofrecer una superficie más ancha y confortable.
- En cuanto a sus prestaciones, el número de funciones es más extenso, pues suelen integrar mejores paneles informativos con más y diversos programas de entrenamiento.
- Aunque hay de todo, se suelen encasillar en este tipo de cintas los modelos de gamas medias y altas, traduciéndose esto en mayor potencia y posibilidades frente a una cinta plegable.
¿Cuáles son las ventajas de una cinta de correr fija?
A estas alturas seguro que ya tienes alguna opción en mente porque hay numerosos modelos en el mercado. Sin embargo, ¿estás seguro/a de que es una cinta de correr fija lo que te hace falta? Estas son su ventajas:
- Su potencia suele ser más elevada, por lo que permiten ritmos de carrera más rápidos.
- Los motores tienden a tener una mejor refrigeración, con lo que el tiempo de uso recomendado aumenta, permitiendo varios usos por semana e incluso diarios.
- La banda de rodadura es más ancha, lo que permite mayores distracciones durante la carrera, como prestarle atención a la televisión, leer un libro o la tablet, conversar con algún amigo o familiar o simplemente mirar por la ventana.
- A la larga hacen menos ruido, ya que las plegables tienden a desajustarse más rápidamente debido al constante movimiento al que están sometidas, tanto en el pliegue como en el transporte.
- No es necesario realizar un nivelado constante de la plancha, ya que no se desajustan. Al contrario, es frecuente que en los modelos plegables los pernos que permiten nivelar la base se giren accidentalmente y haya que revisarlos con frecuencia.
- El mantenimiento es menos costoso, ya que suelen ser autolubricadas, con lo que los ciclos de revisión aumentan y sólo debemos preocuparnos por comprobar la tensión del cinturón de vez en cuando.
Bici fija o cinta de correr
Es una duda bastante frecuente. ¿Es mejor practicar ciclismo o quizá es más beneficioso correr? La respuesta a esta cuestión depende de cada uno/a y viene determinada por una serie de preguntas que debemos hacernos:
- ¿Cómo están tus rodillas? En la mayor parte de las ocasiones, problemas como un esguince de rodilla, rotura de ligamentos, la rótula recidivante o similares juegan en contra de la bicicleta estática y se suele recomendar más el uso de una cinta de correr. Si por el contrario hablamos de lesiones de menisco, bursitis o desgarros, la bici fija es la mejor opción. En cualquier caso, antes de lanzarse a por una u otra opción, la asistencia a un especialista en medicina deportiva debería ser un imperativo.
- ¿Cuál es la finalidad de tu entrenamiento? Si te vas a preparar para correr una maratón, la cinta es la ganadora indiscutible, pero si lo que quieres es mantenerte en forma sin realizar mucho esfuerzo, la bicicleta estática puede ser una opción interesante, ya que ofrece una postura más cómoda y tiene una incidencia prácticamente nula en los huesos y articulaciones al no producirse los impactos habituales en la pisada al correr.
- ¿De cuánto espacio dispones? Salta a la luz que la diferencia de tamaño entre una bici fija y una cinta de correr están a años luz, salvo que hablemos de modelos como la Xiaomi WalkingPad que son bastante compactos. Si no tienes claro en dónde puedes meter la cinta de correr, una bicicleta estática puede ponerte las cosas mucho más fáciles.
- ¿Tienes vecinos? Esta cuestión suele ser la eterna olvidada, pero debemos tener en cuenta que cualquier cinta de correr genera irremediablemente un ruido relativamente elevado fruto del impacto de los pies con la banda de rodadura. Si vives en un piso y tienes vecinos, lo mejor es que te asegures de que está bien aislado acústicamente para evitar conflictos. Hay alfombrillas de espuma que pueden ayudar a limitar este problema, consulta nuestra sección de útiles y herramientas para cintas de correr para ver algunas opciones. En cambio, las bicicletas estáticas son bastante silenciosas.
¿En qué fijarse a la hora de elegir una cinta de correr fija?
Al igual que ocurre en las cintas de correr plegables, a la hora de elegir una cinta de correr fija debemos fijarnos en una serie de detalles para asegurarnos de que el modelo que vayamos a comprar cumple realmente con lo que esperamos de él. Esta lista te pondrá las cosas más fáciles:
- Potencia: por muchas prestaciones que tenga la cinta, si la potencia de su motor no es capaz de mover tu peso corporal y/o alcanzar una velocidad máxima acorde a tus objetivos, probablemente hayas comprado un bonito (y caro) ropero. Elige siempre una cinta de correr que tenga una potencia de motor capaz de soportar tu peso corporal de forma holgada y que alcance una velocidad máxima a la altura de tus metas. Por ejemplo, si pesas más de 80 kilos, la potencia mínima recomendable es de 1,5 CV, aunque lo óptimo es que tenga al menos 2 CV, especialmente si quieres correr a partir de 16 km/h.
- Velocidad máxima: es habitual encontrar cintas de correr baratas que te ofrecen la misma velocidad máxima que otros modelos más caros y con una diferencia de potencia considerable. ¿Cuál es la diferencia? Que en las primeras el motor estará sobrecargado, lo que reducirá enormemente su vida útil, y en las de mayor potencia irá bastante holgado. Si eres principiante, elige una cinta que te permita correr al menos a 12 km/h. Si tus metas son algo más pretenciosas, no elijas nada que baje de los 16 km/h.
- Grado de inclinación máximo: con independencia de tu nivel, que la cinta de correr tenga inclinación siempre es un plus que debemos valorar positivamente. Te permitirá realizar diferentes tipos de entrenamiento, incrementando la intensidad del esfuerzo y el trabajo realizado. Los valores más habituales entre los que elegir son 7, 10, 12 y 15º.
- Amortiguación: en contra de lo que se cree, las cintas de correr con amortiguación no están diseñadas para evitar molestar a tus vecinos. El sistema ayuda, pero no es su objetivo. Su misión es proteger tus articulaciones al reducir el impacto del pie sobre el cinturón. Échale un vistazo a nuestra guía para saber qué cinta de correr comprar, en la que explicamos con más detalle en qué influye la amortiguación en nuestro cuerpo y qué debemos valorar a la hora de elegir el nivel de amortiguación adecuado.
- Superficie de carrera: el espacio del que dispongas en tu casa es un factor limitante, pero ojo, porque también lo es tu altura. No tendrás la misma zancada si mides 1,60 cm que si mides 1,80 cm. En este último caso, se recomienda que la superficie de carrera sea de al menos 46 cm de ancho x 130 cm de largo. A la hora de medir y elegir el lugar en casa, ten en cuenta también los posibles avances de la cinta: protectores, brazos, apoyos, adornos, etc.
- Peso: muchas cintas de correr fijas vienen ya montadas de fábrica, a veces a falta de conectar los brazos que soportan la consola y los reposabrazos. Si no has contratado un servicio de montaje, analiza que el peso de la cinta no te resulte un impedimento a la hora de finalizar su instalación por tu cuenta. Afortunadamente, la mayor parte de las ocasiones hay servicios de montaje disponibles.