Lejos de parecer una nimiedad, la postura que adoptes sobre la cinta de correr puede suponer la diferencia entre realizar un ejercicio de forma cómoda, o correr el riesgo de sufrir un accidente o acabar con dolores o molestias en rodillas, lumbares o cadera.
Aunque en Cintasdecorrer.online siempre os insistimos en que cualquier persona que nunca haya utilizado una cinta de correr debe consultar primero con un especialista en medicina deportiva, ya que nunca dos cuerpos han sido iguales y lo que es bueno para unos, puede ser malo para otros, éstos son los básicos recomendables para mantener una postura correcta y segura:
- Comienza poco a poco. Si vas a correr, comienza caminando unos minutos para que el cuerpo caliente. Transcurridos 5 o 10 minutos, incrementa ligeramente el ritmo hasta comenzar a trotar y después, poco a poco, elévalo hasta alcanzar la velocidad deseada.
- Mantén la cabeza siempre erguida. Intenta caminar, al menos en la medida de lo posible, mirando al frente, con la barbilla erguida, nada de correr o caminar mirando a la puntera de las zapatillas o tus cervicales acabarán machacadas.
- Los hombros se deben mover de forma natural y libre. Olvídate de mantenerte rígido/a, es vital que la espalda esté recta, pero sin forzarla, y los hombros, relajados.
- Procura que los brazos se balanceen de forma natural, siguiendo el ritmo de la zancada y alternándose al igual que lo hacen las piernas. A medida que incrementes el ritmo, debes intentar doblarlos hasta que formen al menos unos 90º para favorecer el impulso en la zancada.
- No te agarres a los reposabrazos, salvo en caso de emergencia, claro. Ten presente siempre el punto anterior (4) y deja que los brazos fluyan y te ayuden a mantener el equilibrio. Si te agarras e incrementas el ritmo o éste es muy rápido, corres el riesgo de sufrir una caída por desequilibrar el cuerpo.
- Sitúate en el centro de la cinta. Si te colocas en la parte delantera, corres el riesgo de pisar la parte fija y caerás irremediablemente. Si por el contrario lo haces hacia atrás, correrás el riesgo de no hacer pie por hacerlo más atrás de donde hace la cinta, con idéntico riesgo de caída.
- Respira con fluidez y de manera rítmica. Esto te ayudará a oxigenar mejor el organismo y te permitirá resistir más tiempo corriendo.
- Asegúrate de que tu pelvis esté por debajo del torso. Así caminarás más erguido/a y cargarás menos los lumbares.
- Evita dar zancadas muy largas. Cuanto más largas sean, mayor presión ejercerás sobre la cinta, más la lastrarás, más sufrirán tus articulaciones y, al mismo tiempo, más probabilidades tendrás de caerte.
- Fíjate en los pies. Deben ir paralelos uno con el otro y ligeramente separados, manteniéndose a la misma distancia que el ancho de los hombros. De esta forma, el ejercicio será más efectivo y descansado.
- Utiliza siempre calzado deportivo adecuado a tu pisada y masa corporal. En el mercado hay zapatillas de correr para pisada pronadora, supinadora y neutra. Existen, además, diferentes niveles de amortiguación en función del peso corporal del corredor y su ritmo de carrera. Si no sabes cuál debes utilizar, lo recomendable es que realices un estudio de la pisada en un centro médico deportivo o una clínica podológica. Nuestra guía sobre zapatillas de running y tipos de pisada puede resultarte útil.
- Aprieta ligeramente el estómago y los glúteos si quieres ejercitarlos y fortalecerlos un poco más.
- ¡Bájate despacio! El hecho de estar corriendo sin experimentar movimiento de desplazamiento a nuestro alrededor confunde a nuestro cerebro. Si te bajas de la cinta rápidamente una vez que finalices el ejercicio, lo más probable es que sufras un mareo y acabes en el suelo, con el consiguiente riesgo de golpearte en la caída. Al igual que has comenzado despacio, finaliza despacio, decrementando poco a poco el ritmo hasta caminar, tómate unos 3 o 5 minutos para calmar el cuerpo (a esto se le conoce como vuelta a la calma) y luego, con la cinta ya detenida, bájate despacio de ella.
- Siempre, siempre, siempre detén la cinta antes de bajarte. Por en el punto anterior no te quedó claro, pasar del movimiento de la cinta a una zona plenamente estática como el suelo tiene infinitos riesgos: mareos, torceduras, caídas, esguinces, golpes, etc.