En cuanto uno/a empieza a buscar cintas de correr, se encuentra con una variedad tan amplia que probablemente le abrume. Pero precisamente para evitar que experimentes esta sensación, hemos elaborado esta completa guía.

Cómo elegir una cinta de correr adecuada

Cada persona necesita una cinta de correr diferente. Antes de buscar modelos a lo loco para comprar el mejor del mercado, coge una libreta y apunta tus respuestas a las siguientes preguntas. Evitarás comprar una cinta que se te quede corta o cuyas prestaciones no llegues a aprovechar:

  • ¿Correr o caminar? Las andadoras son cintas mucho más baratas que las de correr. Si no te planteas trotar ni lo más mínimo, ya empiezas con ventaja, porque este factor delimita mucho las posibles candidatas.
  • ¿Cuál es tu peso? Toda cinta de correr o andar está diseñada para soportar un peso máximo. Si tienes una complexión delgada, prácticamente te servirán todos los modelos, pero si tu complexión es más bien fuerte, tendrás que buscar un modelo más robusto y con mayor potencia, ya que el motor es quien arrastra la cinta y a mayor peso, mayor esfuerzo deberá realizar.
  • ¿Cuál será su frecuencia de uso? Si buscas cintas de correr en Decathlon o tiendas especializadas similares, es frecuente que encuentres indicadores relativos a su frecuencia de uso: X horas X veces por semana. Si el uso es ocasional, cualquier te servirá, pero si vas a entrenar de manera intensiva, necesitas modelos más avanzados que cuenten con un motor y rodillos preparados para ello.
  • ¿A qué ritmo vas a correr? A la hora de elegir una cinta, es recomendable que su velocidad máxima sea de al menos entre un 20% o 30% superior a la media que plantees correr. Esto permitirá que el motor no siempre funcione a su máxima potencia y alargarás su vida útil.
  • ¿De cuánto espacio dispones? La diferencia de tamaño de una cinta a otra puede ser abismal. Planificar el espacio en el que vas a instalarla, aunque se trata de una cinta de correr plegable, es un factor crucial para que luego no te dé pereza moverla de un sitio a otro de la casa simplemente para utilizarla.
  • ¿Plegable o fija? Una vez que hayas definido su espacio, piensa en si te interesa tenerla permanentemente instalada en ese lugar o prefieres guardarla para no tener un espacio desaprovechado cuando no la utilices.
  • ¿Tienes vecinos? Sí, aunque no parezca importante, deberías tener esto en cuenta. Dependiendo de lo bien o mal insonorizada que esté tu vivienda, la amortiguación con la que cuente la cinta que elijas te puede evitar más de una confrontación vecinal. Una cinta de correr sin amortiguación sobre el piso de un vecino irritable es una combinación ganadora para tener un problema que es fácilmente evitable.
  • ¿Cuál es tu presupuesto? Probablemente el factor más limitante a la hora de elegir un cinta de correr. Fíjate un máximo e intenta no desviarte más de un 20% del mismo, porque lo normal es, una vez decidido un modelo, compararlo con otras opciones y acabar escalando un par de posiciones en precio juntando un «total, por 50 euros más» con un «y además ésta es más rápida» o un «y es un poquito mejor». Te gastarás más dinero y probablemente acabes comprando un modelo que no necesitas.

Si defines bien estos puntos verás que puedes limitar, y mucho, el abanico de modelos que mejor encajan ya no sólo con lo que buscas, sino realmente con lo que necesitas.